lunes, 15 de noviembre de 2021

El patrimonio arquitectónico santaclareño del movimiento moderno: un recurso cultural para el desarrollo.

Nombre: María Carla Reyes Gallardo

Resumen

La presente ponencia tiene como punto de partida los resultados de una investigación científica basada en la búsqueda de nuevas formas de gestión del patrimonio en función del desarrollo económico, social y cultural. La investigación se llevó a cabo en la ciudad de Santa Clara y se propuso una contribución a la gestión del patrimonio arquitectónico santaclareño perteneciente al movimiento moderno como recurso cultural para el desarrollo. A partir de la necesidad existente en la ciudad se organizó la investigación, asentada sobre los núcleos teóricos y referentes internacionales y nacionales que arrojaran luz sobre el tema. De igual manera se diagnosticó el estado actual del asunto, para luego proceder al análisis y síntesis de toda en esta información en busca de vías de acción. La investigación arrojó que por las particularidades del objeto de estudio y su contexto, la gestión debe realizarse desde la estructuración de una o varias rutas culturales, con la implicación de los actores sociales involucrados y el protagonismo de la comunidad portadora. Para ello se establecen una serie de premisas que potencie esta forma de gestión del patrimonio como un recurso cultural para el desarrollo. 

Palabras Claves: Patrimonio cultural, patrimonio arquitectónico, gestión patrimonial, ruta cultural

 Introducción

 El tema del patrimonio cultural ha adquirido gran relevancia internacional, fundamentalmente a partir de la segunda mitad del pasado siglo. Organismos internacionales como: la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) han sentado pautas para su conservación, interpretación y difusión. Son numerosas las convenciones, recomendaciones y cartas internacionales elaboradas por estas organizaciones en función de regular las acciones referidas al patrimonio cultural. A lo largo de la historia han sido varias las posturas respecto a la temática patrimonial desde las más conservadoras hasta otras actuales y más flexibles. La óptica respecto a esta temática, se mueve hacia la concepción del bien patrimonial no solo como portador de valores (artísticos, históricos, culturales, etc.), sino como generador de los mismos. Se vuelve esencial repensar el patrimonio cultural, no solamente como evocación del pasado, sino como un recurso que además de ser conservado debe ser incorporado funcionalmente a la vida contemporánea. En relación con este progreso conceptual en temáticas patrimoniales, se puede apreciar la ampliación de las nociones sobre monumento, desde su “consideración como obra aislada, hasta la introducción de centros, barrios, poblaciones históricas, y paisaje cultural como categorías patrimoniales” (Suárez, 2005). Se tienen en cuenta la creación de rutas e itinerarios culturales como nuevas formas de puesta en valor del patrimonio. Estas rutas constituyen una forma eficiente e integradora para presentar el patrimonio como elemento cohesionador y dinamizador de la sociedad y del desarrollo sostenible (Blanco, 2005). Tanto los itinerarios culturales como las rutas culturales constituyen una herramienta eficaz para la puesta en valor del patrimonio, siempre y cuando se respeten la autenticidad y originalidad de sus contenidos culturales. De esta forma se aprecia como en la actualidad se considera el patrimonio como “una parte integral de los procesos de planificación y gestión de una comunidad y puede contribuir al desarrollo sostenible, cualitativo, económico y social de esta comunidad” (ICOMOS, 2000) y de una región en su sentido más amplio. En esta lógica en 1977 se llevó a cabo la elaboración de un documento conocido como Normas de Quito, por parte de ICOMOS, en el cuál quedaron expresadas algunas de las pautas para la utilización del patrimonio cultural como un recurso para el desarrollo. Poner en valor los diferentes recursos patrimoniales contribuye considerablemente al desarrollo económico de la región, desde una perspectiva valorativa de la cultura identitaria, en la que los procesos de participación social adquieren un papel protagónico. Por tanto, “cuando hablamos de desarrollo, es necesario centrarlo a partir del crecimiento cultural, porque es la identidad lo que nos distingue y nos da valía, y ese concepto está indisolublemente ligado a la cultura de un pueblo” (Leal, 2002). El patrimonio tiene un papel privilegiado y constituye uno de los pilares del desarrollo equitativo. Este brinda una nueva oportunidad para sobrevivir, sin daños irreversibles, al incesante movimiento de una época en la que se impone una filosofía valorativa de lo comercial por encima de lo humano. En Cuba son notables las preocupaciones existentes a cerca de la protección de los bienes del patrimonio nacional. Son varias las labores que se llevan a cabo a lo largo del país con esta finalidad; pero en muchas ocasiones las acciones realizadas no son suficientes o no poseen el alcance integral necesario. Así ha sucedido en la ciudad de Santa Clara, la cual, según lo expresado por especialistas del Centro Provincial de Patrimonio y de la Facultad de Construcciones de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, es poseedora de varias edificaciones pertenecientes al Movimiento Moderno. En su gran mayoría con altos valores tanto artísticos como patrimoniales. Muchas de estas obras pertenecen al sector residencial y no se encuentran identificadas dentro del Inventario de Bienes Patrimoniales de la ciudad de Santa Clara, por lo que no tienen asignado ningún grado de protección. Este hecho constituye un riesgo puesto que las expone al deterioro y a posibles transformaciones que afecten su integridad y repercute negativamente en su visibilidad ante los habitantes y visitantes de la ciudad. Debido a esta situación se decide llevar a cabo una investigación con el objetivo de contribuir a la gestión del patrimonio arquitectónico santaclareño del movimiento moderno, con función residencial, como recurso cultural para el desarrollo. 

Desarrollo 

Dentro de la diversidad de bienes que conforman el patrimonio inmueble, se encuentra el patrimonio arquitectónico, cuya concepción ha evolucionado y se ha consolidado en las últimas décadas del siglo XX y las primeras décadas del siglo XXI.

 “El patrimonio cultural, reflejado en el patrimonio arquitectónico urbano, es para cada comunidad memoria de su pasado, su conciencia como comunidad y define una identidad que la relaciona con dicho pasado desde el presente” (Garré, 2001).

Sus obras no solamente son artística e históricamente valiosas, sino que cumplen una función muy ligada a su uso, están ubicadas espacialmente en un contexto directo de interacción con la sociedad.

En un acercamiento al patrimonio arquitectónico del siglo XX (incluidos todos sus elementos) esta cualidad se ve exacerbada puesto que:

(…) constituye un testimonio material de su tiempo, lugar y uso. Su significado cultural puede residir tanto en sus valores tangibles, como su ubicación, diseño, sistemas constructivos, instalaciones, material, estética y uso, como en los intangibles, como los históricos, sociales, científicos, espirituales o su genio creativo, o en ambos. (ICOMOS, 2011a)

Así quedó expresado en el Documento de Madrid 2011 “Criterios de Conservación del Patrimonio Arquitectónico del Siglo XX” adoptado por ICOMOS en la “Conferencia Internacional sobre Criterios de Intervención para el Patrimonio Arquitectónico del Siglo XX” celebrada en Madrid en el año 2011. Allí se abordaron varios criterios relacionados con la elaboración de una metodología apropiada al desarrollo del plan de conservación, investigación y gestión de la arquitectura patrimonial moderna.

Este documento hace una alerta sobre los peligros a los que se encuentra expuesto este patrimonio “debido a la falta de apreciación y cuidado” (ICOMOS, 2011a) del mismo. Se declara que “se trata de un patrimonio vivo que es esencial entender, definir, interpretar y gestionar adecuadamente para las generaciones futuras (ICOMOS, 2011b).

Por tanto, es necesario ejercer una gestión del patrimonio arquitectónico del movimiento moderno acorde con las demandas de esta época, puesto que su valoración y correcto manejo son determinantes para la conservación del mismo y su uso como recurso para el desarrollo.

La arquitectura del movimiento moderno: un acercamiento a la ciudad de Santa Clara.

Tras la devastación generada por ambas Guerras Mundiales en el pasado siglo, fue necesaria la reconstrucción de muchas de las más importantes ciudades europeas. La precaria situación económica marca el predominio de una filosofía de “lo racional”. De esta forma comienzan a surgir una serie de nuevas corrientes artísticas y de pensamiento que conforman el actualmente conocido movimiento moderno. Este constituye una verdadera revolución dentro de la arquitectura y el arte en general, es creador de un nuevo lenguaje arquitectónico.

En este renovador panorama arquitectónico de la primera mitad del siglo XX, surgen muchas tendencias; pero destacan dos fundamentales. De un lado, el racionalismo, en el que sobresalen Le Corbusier, Gropius, Mies van der Rohe y Rietveld. De otro, el organicismo, cuyo más notorio representante es Frank Lloyd Wright.

Producto de la segunda Guerra Mundial, se origina internacionalmente un alza en los precios del azúcar, lo que repercutió en la recuperación económica de Cuba, después de un período de crisis. Esto tuvo sus influencias en el desarrollo constructivo de la isla (Cuevas, 2001). El hecho coincidió con la graduación, en el Colegio Nacional de Arquitectos, de un grupo de jóvenes que se habían apropiado de la nueva base teórica del movimiento moderno.

Al mismo tiempo se da la participación de arquitectos cubanos en diversos eventos internacionales que les brindan una actualización en cuanto a las tendencias que se desarrollan en el mundo. La confluencia de todas estas condiciones permite la irrupción en Cuba una nueva arquitectura, aunque desfasada temporalmente con respecto al contexto internacional.

Este movimiento no solo se ve presente en la ciudad de La Habana, sino que se extendió a todo el país. En la región central se manifestó en varias ciudades entre las que se encuentra Santa Clara, para ese entonces capital de la provincia Las Villas. 

La ciudad contaba con varios arquitectos graduados y con una formación actualizada en cuanto a las más recientes tendencias internacionales, con una marcada influencia proveniente de Norteamérica y Europa, lo que permitió la introducción de los nuevos cánones en Santa Clara. Entre los más destacados arquitectos se encontraban: Justo Pérez Díaz, Aníbal Simón Camacho, Mariano Ledón Uribe y Silvio Payrol Arencibia.

Se hicieron algunas nuevas inserciones que rompieron con la tipología ya existente. También se crearon varios edificios multifamiliares, con la característica de tener en su planta baja un sector dedicado a diferentes servicios.

Desde años anteriores había empezado a suceder en la ciudad un proceso de estratificación urbana atendiendo a las distintas clases sociales. La tendencia principal era la ubicación de la mediana burguesía en las zonas periféricas o de nuevo desarrollo y la pequeña burguesía se estableció en algunos de los antiguos repartos, consolidándolos, y en los nuevos repartos que se gestaron a partir de los años cuarenta (D. C. Martínez, 2014).

En general esta arquitectura moderna proliferó de mayor forma en estas zonas de nuevo desarrollo (principalmente en el área de la Carretera Central y la Avenida 26 de Julio, también conocida como Avenida Doble Vía) y se vio muy ligada a los requerimientos de la clase burguesa, la cual buscaba la diferenciación y el reconocimiento social. Las nuevas viviendas se construyeron en función de los recursos económicos de cada propietario. Así se edificaron desde residencias muy especulativas para la gran burguesía de la ciudad y otras más modestas para personas con una estándar social más bajo.

Otras obras importantes dentro del movimiento en la ciudad se pueden encontrar en edificios públicos  como son: la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas (UCLV), como su máximo exponente; el Distrito de Obras Públicas de Las Villas, actual sede de provincial del Partido Comunista de Cuba; la Escuela Normal de Kindergarten “Federico Troebel”, actual sede de la Asamblea Provincial del Poder Popular; la antigua embotelladora de refrescos Coca Cola; actual Instituto Politécnico Pedro María Rodríguez y la Industria Nacional Productora de Utensilios Domésticos “Primero de Mayo” (INPUD).

Intercambio con los actores institucionales.

Con el objetivo de constatar la existencia de una problemática alrededor de los bienes arquitectónicos patrimoniales del movimiento moderno en Santa Clara se desarrollaron varias entrevistas a especialistas de los diferentes actores institucionales implicados: Profesores de la de Construcciones de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, Especialistas del Centro Provincial de Patrimonio (CPP), de la Dirección Municipal de Planificación Física y de la Dirección Municipal de la Vivienda.

A partir de este intercambio se constató que una de las principales limitaciones que afectan el proceso de puesta en valor se asocia a que una gran parte de las obras del movimiento moderno, no se encuentran dentro del inventario de bienes patrimoniales de la ciudad de Santa Clara, y por lo tanto no tienen asignado ningún grado de protección. Esta situación las deja expuesta al deterioro producto del paso del tiempo y a acciones constructivas que afecten su integridad.

De igual manera durante las entrevistas se explicitó la ausencia de normas jurídicas que faciliten el proceso de administración y control sobre estos bienes por parte de las instituciones encargadas. Esto se une a la falta de políticas locales sobre la conservación, restauración y mantenimiento de estos bienes.

En consecuencia, según expresaron los entrevistados, existe una carencia de recursos tanto humanos como materiales que puedan ser destinados al cumplimiento de estas labores registro y seguimiento de los procesos que afectan el patrimonio santaclareño en su sentido más amplio.

Por otro lado, se comprobó la existencia en la Facultad de Construcciones de un registro que recoge las obras del movimiento moderno en la región central del país, del cual no tienen conocimiento los especialistas del CPP. Esto denota la falta de comunicación e integración interinstitucional.

Exploración del escenario e intercambio con los miembros de la comunidad portadora.

Durante el proceso investigativo se aplicaron algunos métodos con carácter   exploratorio (entrevista abierta y encuesta) a miembros de la comunidad portadora de los bienes con el propósito de indagar en el grado de reconocimiento del valor patrimonial de los mismos. Así mismo se llevó a cabo una caracterización de los Consejos Populares en que se encuentran emplazadas estas obras para identificar las potencialidades o limitaciones de su contexto.

Para ello se tomaron como áreas de estudio los Consejos Populares Capiro – Santa Catalina y Escambray, debido a la abundante presencia de obras de este movimiento en ambos lugares. Se abordan aspectos relacionados las cualidades que poseen estos bienes, su estilo arquitectónico, su valor patrimonial y las posibles acciones que pudieran llevarse a cabo para su salvaguarda.

Ambos Consejos Populares se caracterizan por la estabilidad de su población, lo que indica el arraigo de sus pobladores al lugar y a sus viviendas; aunque de manera general, en el intercambio con los miembros de la comunidad, se evidenció un desconocimiento y una falta de sensibilización hacia el tema del patrimonio. En su mayoría ignoran la valía de estos bienes patrimoniales que se encuentran o en los cuales residen, no conocen el estilo al cual pertenece. Por lo tanto, desconocen las potencialidades existentes respecto a su gestión.

En la exploración del contexto se encontró que en su mayoría las obras se ubican en las cercanías de tres de los ejes viales de mayor jerarquía dentro de la ciudad: la Carretera Central, la Doble Vía y la Avenida Liberación. De esta manera se conectan con importantes puntos de interés turístico y cultural dentro de la ciudad. Entre ellos la Loma del Capiro, declarada Monumento Nacional por sus valores históricos y naturales.

En sentido general estos Consejos Populares cuentan con diferentes espacios urbanos (tres parques y un anfiteatro) Además, en sus inmediaciones se encuentran cuatro escuelas primarias y una secundaria, así como una sala de video, un cine (actualmente se encuentra en desuso) y el Centro Cultural Recreativo “Somos Jóvenes”. Aunque muchos de estos no se encuentran en óptimas condiciones para el cumplimiento de este propósito brindan grandes posibilidades para su utilización tanto en actividades educativas como recreativas y para el establecimiento de proyectos en función del desarrollo económico, social y cultural de la comunidad.

Premisas para el diseño de rutas culturales.

En consecuencia, con los resultados obtenidos a partir de la aplicación de los diferentes instrumentos se establecen las siguientes premisas, a los efectos de la investigación, deben ser tomadas en cuenta para la gestión del patrimonio arquitectónico santaclareño perteneciente al movimiento moderno como recurso cultural para el desarrollo, mediante el diseño de una ruta cultural.

1- La ruta debe ser articulada a través de los ejes viales de la ciudad relevantes en su relación con el movimiento moderno y de mayor jerarquía para la conectividad de la ciudad: Carretera Central, la Avenida Doble Vía y la Carretera a Camajuaní.

2- En la ruta deben articularse tanto los bienes arquitectónicos del movimiento moderno con función residencial como otras edificaciones, con otras funciones, de este movimiento en la ciudad.

3- La ruta debe vincular los núcleos urbanos donde se ubican los bienes arquitectónicos del movimiento moderno con función residencial, con el Centro histórico de la ciudad, donde también se encuentran, aunque en menor medida, edificaciones de este estilo arquitectónico.

4- La ruta debe exaltar no solo los valores arquitectónicos de los bienes, sino también los históricos, culturales y socio-testimoniales.

5- Debe ser creado un centro encargado de la interpretación y difusión del patrimonio arquitectónico del movimiento moderno en la ciudad.

6- Debe establecerse un sistema de comunicación gráfica a lo largo de la ruta.

7- La ruta cultural debe ofrecer posibilidades para su gestión como ruta turística.

8- A partir del entramado de la ruta principal deben establecerse otras micro-rutas o rutas temáticas de carácter paisajístico, histórico, cultural, entre otras.

9- Para la correcta gestión de la ruta deben fortalecerse los vínculos entre todas las instituciones implicadas.

10- Debe fortalecerse el vínculo institución - comunidad.

 Conclusiones 

 • El patrimonio cultural es producto de una construcción social dinámica. Una de sus expresiones más recientes se encuentra en el movimiento moderno que no por su relativa actualidad debe dejar de ser considerado patrimonio y debidamente gestionado. La puesta en práctica de la gestión patrimonial a través de rutas culturales proporciona la articulación de los bienes patrimoniales permitiendo su mejor integración e interpretación desde la exaltación de sus valores como conjunto.

 • Las restricciones para la puesta en valor del patrimonio arquitectónico santaclareño del movimiento moderno, como recurso cultural para el desarrollo, mediante el diseño de una ruta cultural, se asocian al desconocimiento y falta de sensibilización hacia el tema tanto por parte de las instituciones implicadas como de su comunidad portadora. Las potencialidades fundamentales se vinculan a la existencia de varios centros educativos y culturales en las zonas donde se ubican los bienes, a las posibilidades que brinda para la investigación y la acción, la presencia de instituciones como el Centro Provincial de Patrimonio y la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas en la ciudad y al creciente desarrollo de la industria turística.

 • Se establecieron un grupo de premisas que, a los efectos de la investigación, deben ser tomadas en cuenta para la gestión sociocultural del patrimonio arquitectónico santaclareño perteneciente al movimiento moderno, como recurso cultural para el desarrollo, mediante el diseño de una ruta cultural. 

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Instituto Nacional de Cultura del Perú.

 Anexos

LEGISLACIÓN ARCHIVÍSTICA: CONSTRUYENDO UNA TEORÍA

  M.Sc. Yorlis Delgado López Profesor asistente del Colegio de San Gerónimo de La Habana, Universidad de La Habana Asesor jurídico de ...