martes, 20 de febrero de 2018

¡SALVEMOS AL PATRIMONIO DOCUMENTAl ¿DESCONOCIMIENTO O INDOLENCIA?



Por: MSc. Yen Millen Aguilera Rodríguez.
Un pueblo o nación, reconocido como autóctono, con sus propias tradiciones que lo caracterizan y distinguen de otras culturas, es necesario salvar la historia, sea literaria, social, política, cultural, religiosa, científica o de otra índole.
Esto les resulta indispensable a los que investigan la historia y la cultura de los pueblos en sentido general; como fuente original del saber, que nos permite reconstruir la historia y evolución de un pueblo o nación en sus múltiples actividades como seres sociales en constante desarrollo. (Normas, valoras, costumbres, tradiciones, etc.)
Es para ello imprescindible preservar con el mismo cuidado todas las colecciones, ya sean privadas o estatales, y que permite reconstruir la historia para presentes y futuras generaciones.
En la actualidad nuestro patrimonio se ve gravemente amenazado, poniendo en peligro la memoria histórica y la identidad de los pueblos; esta amenaza es sobre todo al patrimonio documental del siglo XX y XXI respectivamente.


La fragilidad de estos soportes (papel) manuscritos o impresos, las carencias de los medios para realizar la conservación preventiva de que disponen las bibliotecas, los archivos y museos, la insuficiencia de medios que garanticen evitar daños por catástrofe, las lagunas en el plano jurídico, las diferencias en la formación de personal especializado que muchas veces llegan a nuestras instituciones por diferentes vías y en el peor de los casos, después de formados abandonan la misión, constituyen un verdadero problemas para los encargados de llevar a cabo esta encomiable tarea, en tiempos actuales.
Estas son algunas de las problemáticas que hoy enfrentan y comparten muchas instituciones, se pudiera decir, que todas las instituciones del país.
El papel en peligro. Medidas de conservación y su salvaguarda (1)


Desde mediados del siglo XIX con la Revolución Industrial tomó auge la industria del papel, sobre todo con fines comerciales en los Estados Unidos.
La principal materia prima utilizada para la fabricación del papel es la celulosa contenida en la madera. Este producto en su composición intrínseca provoca amarillamiento, lo desintegra y deteriora, principalmente si es sometido a inadecuadas condiciones de almacenamiento, manipulación y de conservación preventiva.
Se estima que el período de conservación de los manuscritos contemporáneos oscila entre treinta y cincuenta años, de igual modo, le sucede a los documentos escritos con diferentes grafías (tipos de tintas), los cuales sufren iguales daños y un rápido deterioro producido por su composición física – química propia de la materia prima con que se fabrican estos soportes.
Para contrarrestar estas amenazas tan latentes se deben tener en cuenta un grupo de medidas previas tales como:
Ø El establecimiento sistemático de inventarios.
Ø La identificación y localización de los manuscritos, cuya protección sea prioridad, a través de una ficha técnica de conservación que contenga la ubicación de la pieza, la codificación de valores (para museos), una breve historia de la misma y la descripción detallada del estado actual de conservación del soporte y de las tintas.
Ø  Prever los medios de protección y conservación preventiva más urgentes.
Ø  La determinación de los locales de acogida o de tránsito y las condiciones de acceso a los mismos.
Ø  Prever por parte de los gobiernos, de los fondos financieros para llevar cabo la labor de conservación tanto en bienes muebles como inmuebles.
Ø  Llevar a cabo un proceso de informatización de todas las colecciones priorizando las más deterioradas para evitar la manipulación de los investigadores y otros.
Ø  Tener actualizado el Registro del Fondo Estatal de Archivo para personas jurídicas o naturales para preservar la Memoria Histórica de la nación Cubana.
Para alcanzar un verdadero sentido de pertenencia y sensibilidad en la misión de rescatar la memoria histórica de un pueblo o nación se podrían adoptar una serie de acciones tales como:
Ø  el intercambio de información,
Ø  la organización de cursos de formación,
Ø  talleres,
Ø  ciclos de conferencias, entre otros;
Ø  la utilización de técnicas de microreproducción,
Ø      y un sistema de intercambio de reproducciones disponibles. La conservación y preservación del patrimonio cultural y la memoria histórica de la nación es una actividad que se realiza de manera directa o indirecta. Está encaminada a aumentar la esperanza de vida de las colecciones, sobre todo si estas están deterioradas o en vías de deterioro, y tienen que adaptarse a un medioambiente tan agresivo como el clima de países tropicales como Cuba.
Esto debe constituir una práctica sistemática en la que intervienen diferentes factores, encaminados a la protección y mantenimiento de la integridad del bien cultural con el objetivo de salvaguardar la calidad y los valores históricos e identitarios que en ellos existe para las generaciones presentes y futuras.
En tal sentido resulta primordial llevar a cabo una labor de identicación y recuperación de los fondos patrimoniales dispersos en diferentes sectores de la sociedad <particular o estatal> con el único objetivo de preservar la autenticidad e integridad del bien cultural. Estos métodos de recolección forman parte de la dinámica de trabajo de los museos, bibliotecas y archivos, y varían de una institución a otra en dependencia de la misión de cada una de estas; de las colecciones que se atesoren y el vínculo que existe entre las diferentes instituciones competentes, (Registro Bienes Culturales, museos, archivos y bibliotecas), y de esta manera rescatar todo ese patrimonio disperso en el territorio y trascienda a la posteridad.
1. Fotos tomadas por el arquitecto Liván Díaz Yanes. Santa Clara, Villa Clara.



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