Por: MSc. Yen Millen Aguilera Rodríguez.
Un pueblo o nación, reconocido
como autóctono, con sus propias tradiciones que lo caracterizan y distinguen de
otras culturas, es necesario salvar la historia, sea literaria, social,
política, cultural, religiosa, científica o de otra índole.
Esto les resulta indispensable a
los que investigan la historia y la cultura de los pueblos en sentido general;
como fuente original del saber, que nos permite reconstruir la historia y
evolución de un pueblo o nación en sus múltiples actividades como seres
sociales en constante desarrollo. (Normas, valoras, costumbres, tradiciones,
etc.)
Es para ello imprescindible
preservar con el mismo cuidado todas las colecciones, ya sean privadas o
estatales, y que permite reconstruir la historia para presentes y futuras
generaciones.
En la actualidad nuestro
patrimonio se ve gravemente amenazado, poniendo en peligro la memoria histórica
y la identidad de los pueblos; esta amenaza es sobre todo al patrimonio
documental del siglo XX y XXI respectivamente.
La fragilidad de estos soportes
(papel) manuscritos o impresos, las carencias de los medios para realizar la
conservación preventiva de que disponen las bibliotecas, los archivos y museos,
la insuficiencia de medios que garanticen evitar daños por catástrofe, las
lagunas en el plano jurídico, las diferencias en la formación de personal
especializado que muchas veces llegan a nuestras instituciones por diferentes
vías y en el peor de los casos, después de formados abandonan la misión,
constituyen un verdadero problemas para los encargados de llevar a cabo esta
encomiable tarea, en tiempos actuales.
Estas son algunas de las
problemáticas que hoy enfrentan y comparten muchas instituciones, se pudiera
decir, que todas las instituciones del país.
El papel en peligro. Medidas de
conservación y su salvaguarda (1)
Desde mediados del siglo XIX con
la Revolución Industrial tomó auge la industria del papel, sobre todo con fines
comerciales en los Estados Unidos.
La principal materia prima
utilizada para la fabricación del papel es la celulosa contenida en la madera.
Este producto en su composición intrínseca provoca amarillamiento, lo
desintegra y deteriora, principalmente si es sometido a inadecuadas condiciones
de almacenamiento, manipulación y de conservación preventiva.
Se estima que el período de
conservación de los manuscritos contemporáneos oscila entre treinta y cincuenta
años, de igual modo, le sucede a los documentos escritos con diferentes grafías
(tipos de tintas), los cuales sufren iguales daños y un rápido deterioro
producido por su composición física – química propia de la materia prima con
que se fabrican estos soportes.
Para contrarrestar estas amenazas
tan latentes se deben tener en cuenta un grupo de medidas previas tales como:
Ø El establecimiento sistemático
de inventarios.
Ø La identificación y
localización de los manuscritos, cuya protección sea prioridad, a través de una
ficha técnica de conservación que contenga la ubicación de la pieza, la
codificación de valores (para museos), una breve historia de la misma y la
descripción detallada del estado actual de conservación del soporte y de las
tintas.
Ø
Prever los medios de protección y conservación preventiva más urgentes.
Ø
La determinación de los locales de acogida o de tránsito y las
condiciones de acceso a los mismos.
Ø
Prever por parte de los gobiernos, de los fondos financieros para llevar
cabo la labor de conservación tanto en bienes muebles como inmuebles.
Ø
Llevar a cabo un proceso de informatización de todas las colecciones
priorizando las más deterioradas para evitar la manipulación de los
investigadores y otros.
Ø
Tener actualizado el Registro del Fondo Estatal de Archivo para personas
jurídicas o naturales para preservar la Memoria Histórica de la nación Cubana.
Para alcanzar un verdadero
sentido de pertenencia y sensibilidad en la misión de rescatar la memoria
histórica de un pueblo o nación se podrían adoptar una serie de acciones tales
como:
Ø
el intercambio de información,
Ø
la organización de cursos de formación,
Ø
talleres,
Ø
ciclos de conferencias, entre otros;
Ø
la utilización de técnicas de microreproducción,
Ø y un sistema de intercambio de
reproducciones disponibles. La conservación y preservación del patrimonio
cultural y la memoria histórica de la nación es una actividad que se realiza de
manera directa o indirecta. Está encaminada a aumentar la esperanza de vida de
las colecciones, sobre todo si estas están deterioradas o en vías de deterioro,
y tienen que adaptarse a un medioambiente tan agresivo como el clima de países
tropicales como Cuba.
Esto debe constituir una práctica
sistemática en la que intervienen diferentes factores, encaminados a la
protección y mantenimiento de la integridad del bien cultural con el objetivo
de salvaguardar la calidad y los valores históricos e identitarios que en ellos
existe para las generaciones presentes y futuras.
En tal sentido resulta primordial
llevar a cabo una labor de identicación y recuperación de los fondos
patrimoniales dispersos en diferentes sectores de la sociedad <particular o
estatal> con el único objetivo de preservar la autenticidad e integridad del
bien cultural. Estos métodos de recolección forman parte de la dinámica de
trabajo de los museos, bibliotecas y archivos, y varían de una institución a
otra en dependencia de la misión de cada una de estas; de las colecciones que
se atesoren y el vínculo que existe entre las diferentes instituciones
competentes, (Registro Bienes Culturales, museos, archivos y bibliotecas), y de
esta manera rescatar todo ese patrimonio disperso en el territorio y trascienda
a la posteridad.
1. Fotos tomadas por el
arquitecto Liván Díaz Yanes. Santa Clara, Villa Clara.
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